En los años de Segunda B ocurrió un episodio que sorianos y españoles guardan en su corazón. Fue el despertador de las conciencias de la afición y del Club para darse cuenta de que Soria podía tener un equipo en la elite del fútbol. Gracias al trabajo y a la forma de ser del Numancia, el Club escribió las páginas más gloriosas de su historia.
La gran hazaña se produjo en 1996 en la competición más romántica y querida del fútbol español: la Copa del Rey. Tras superar en el primer cruce al San Sebastián de los Reyes por el valor doble de los goles marcados en campo contrario, los sorianos iniciaron su gesta ante la Real Sociedad. Los donostiarras fueron ridiculizados en Los Pajaritos y tras sufrir lo indecible en Anoeta y superar una ronda de veinte penaltis, el Numancia dejó en la cuneta a la Real Sociedad, de Salva Iriarte.
Pero el Numancia de Lotina fue más lejos todavía. Su siguiente rival fue el Racing de Santander, muy contento al enterarse de que se enfrentaba a un equipo de Segunda B. Pero no consiguieron marcar en unos Pajaritos que empezaban a vivir un sueño. En el partido de vuelta, ya en El Sardinero, un gol de Barbarin convirtió al Numancia en “matagigantes”. Ya no se hablaba de sorpresa y el Numancia acaparó portadas y minutos en los medios de comunicación.
La trayectoria del Numancia en esta Copa pasó a ser histórica en la siguiente eliminatoria a costa de un Sporting que en aquella época era un reconocido equipo de Primera. Tras un gran partido en Soria, donde los numantinos vencieron por 2-1 a los asturianos, los de Gijón fueron incapaces de marcarle en El Molinón a Echevarría, meta numantino que disputó todos los minutos de la Copa.
Un modesto equipo de Segunda B y que prácticamente era inexistente para los medios de comunicación, se había plantado en los cuartos de final de la Copa del Rey de Fútbol. A partir de ahora, sólo cabía soñar. Soñar y disfrutar. Real Madrid, Barça o Atlético de Madrid eran algunos de los ocho rivales que entraron en el bombo junto a los numantinos. En la primera bola salió el Barça. El Numancia le hizo cara al todo poderoso equipo de Johan Cruyff y tras empatar a dos goles en Los Pajaritos cayó con honra en el Camp Nou por tres goles a uno, llegando a adelantarse en el marcador con un gol de Barbarin que dejaba momentáneamente eliminados a los azulgranas. Fue una noche mágica para Soria, pues más de 15.000 sorianos coparon entusiasmados uno de los rincones del campo azulgrana. Esta proeza que ha quedado grabada en la memoria colectiva del fútbol español.
¡cómo disfrutamos esa noche!
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